Escrito por Mònica Rodríguez, Dietista-PNI-Coach Nutricional.
La llegada del otoño provoca en ocasiones cambios en nuestro estado de ánimo: nos puede hacer sentir más cansados, melancòlics y, incluso, más tristes. En esta estación del año, los días empiezan a ser más cortos, las temperaturas son más bajas y nuestro organismo se tiene que ir adaptando a los cambios. Es una época donde la luz, los colores, los olores, los alimentos, las horas de sueño y el descanso, entre otros, son muy diferentes y nuestras hormonas lo notan. Por eso, nuestro organismo requiere de energía extra. Por lo tanto, el otoño es un buen momento para fortalecer nuestro sistema inmunológico y también así evitar los primeros resfriados. Fijaos, sobre todo, en que la natura es muy sabia y nos mujer el que necesitamos en cada momento. A nivel nutricional, empezar el día con infusiones de jengibre que calientan el cuerpo y dan energía debido a su punto picando, puede ser una propuesta muy interesante. En este periodo del año, nos reencontramos con multitud de frutas y verduras cómo: los cítricos (las primeras naranjas, las mandarinas y los limones), la chirimoya y la uva. También las verduras como el apio, la coliflor, las espinacas, la calabaza, la patata, el pimiento rojo.... Pero no podemos olvidarnos de los reyes del otoño: las setas (especialmente este año), los moniatos y las castañas, que son los grandes protagonistas de este momento tan acogedor y bonito del año. Todos estos alimentos combinan muy bien con cualquier legumbre, pasta, arroz integral, carne o pescado, que acabarán de completar nuestro plato. También recordáis que si nos alimentamos de una forma saludable y le damos al cuerpo aquello qué necesita, nuestro organismo tendrá una mejor resiliencia ante el estrés y funcionará mucho mejor en todos los aspectos. El estrés es inevitable e imprescindible; de hecho, es parte de la vida y de la adaptación al entorno y de los cambios constantes y permanentes en que vivimos. Pero este puede llegar a ser patológico si se instala de forma prolongada en nuestro organismo. El equilibrio tan emocional como físico estará condicionado por la gestión del estrés y por la manera de alimentarnos. Cuidar el que comemos hará que disponemos de un buen equilibrio hormonal, de un intestino más saludable y, en consecuencia, de un sistema inmune más fuerte. En resumen, el otoño trae cambios a nuestro estado de ánimo, pero los afrontaremos mejor dependiente de que hacemos en nuestro día a día. Está en nuestras manos hacer cosas bien a diario para conseguir el equilibrio y el bienestar. Ahora toca ponernos las pilas este otoño al llevar una alimentación adecuada, al poner en práctica algún deporte y al gestionar el estrés de la mejor manera. Es el mejor camino para hacer prevención ante los constipados y otras enfermedades.